PETIT PEINTRE

Petit Peintre. 
Guión y dibujo: Dupuy & Berberian.
Edita: Bang Ediciones (España), 2008.
Sinopsis: Jeremy es un niño que aspira a ser pintor, vocación que su familia no comprende, por lo cual decide abandonar la casa familiar para buscarse la vida con sus cuadros, sin ser consciente de lo mucho que se codiciará su obra.
Cuando me lo encontré en la bendita biblioteca de mi localidad,  yo ya sabía qué tebeo era “Petit Peintre”, aunque  no me acordaba que era de Dupuy y Berberian. Sí que me acordaba que había salido en España, que había sido redibujado…empecemos pues por el dibujo. Magnífico. No exagero: es muy bueno, el trazo limpio de los autores le sienta como un anillo al dedo a la historia, con una atmósfera un poco irreal, que veo deudora del mundillo de la ilustración o de la pintura: de hecho, una buena parte del tebeo está comprendida de ilustraciones que vienen a ponernos en situación pero que no son en realidad parte del tebeo, que como tal se estructura en veintiocho páginas y un epílogo de dos, a todo esto, magistral epílogo. 30 páginas, el número  común de la extraña colección Atomium del sello Magic Strip, donde también se publicó una historia de género negro de Daniel Torres que todavía recuerdo con agrado, aunque aquel tiraba por una arquitectura más moderna, y Dupuy y Beberian, al menos en esta obra, se ciñen al París de primera mitad del siglo XX, filtrado eso sí, por la línea clara que sí que practicaba el catalán, aunque D y B se benefician de un tratamiento más pictórico, que además no va en detrimento de la historia.
¿La historia? No es lo de menos. Es especialmente importante para la construcción de esta obra. La de un niño que quiere ser pintor, pero claro, esto podría ser dado un tratamiento ñoño, estilo Disney. Pero no, no caerá esa breva, como tampoco la de la ultraviolencia milleriana que tanto recaló en el tebeo noventero. No porque sea malo, sino porque meterle ultraviolencia a “Petit Peintre” sería un sinsentido, esta es una historia sencilla pero que se te queda pegada, este niño pintor acabará víctima de un engaño, con un giro de guión bueno y doloroso al final, y que parecen el sino de cualquier artista…  Que nadie se espere aquí un drama social (tampoco hay páginas para desarrollar semejante cosa), esto es tan sólo  la historia de un artista, no frustrado, pero sí amargado (como se ve en la contraportada), rodeado de personajes contradictorios, unos malvados, otros torpes. La clave que no estoy dispuesto a desvelar está en este tebeo a tres tintas de regustillo estilizado que, como muchas otras pequeñas historietas que de vez en cuando te encuentras, pide relecturas a cascoporro. Además, seguramente las resistirá. Bien por “Petit Peintre”.

Franchesk

No hay comentarios: