Nos referimos, claro, a la página en blanco. Existen muchos mecanismos y técnicas para tratar de hacer más fácil el momento de darle al start, pero cada persona es un mundo y a la hora de pensar en la creación de una obra de ficción, hay tantos maestrillos como librillos.
A nivel de dibujo me siento incapaz de daros ninguna opinión o consejo, creo que algunos de los dibujantes de Malvadas debería encargarse de dicha entrada. Para hablar de guión, tampoco soy nadie para comentaros nada, pero si podría hablaros de algunas cosas que conozco y que he visto a hacer a algunos guionistas y que quizás os sirvan de inspiración para que os visiten las musas (una nota a pie de página que debéis tener en cuenta es que las musas con una agradable presencia que tiene preferencia por quien lleva trabajando tres horas).
Buceando en las páginas de la Historia del cómic, encontramos algunos casos emblemáticos y otros menos conocidos:
- STAN LEE Y LAS CASAS DE LAS IDEAS: Durante la década de los 60, Marvel cambió el sistema de trabajo de un cómic norteamericano en crisis, pero que, entre otros, gracias a dicha compañía, llevó al medio a una Edad de Plata. Contra los encorsetamientos del pasado, Lee creó un sistema de trabajo que fomentaba la coordinación entre guionistas-dibujantes para un ritmo de producción más alto.
Lee mandaba muy breves reseñas de su argumento, las líneas principales de lo que quería que pasase en la historia. A partir de ahí, el dibujante tenía toda la potestad para crear a su antojo, lo cual fomentaba su expresión. Por supuesto, en caso de dudas, el teléfono de Lee sonaba constantemente para solventarlas.
Ventaja del sistema: Mucha rapidez, liberar y espolear la creatividad del dibujante.
Desventaja: Estos breves argumentos sirven para tebeos de veinte páginas, cuesta mucho pensar que pudiera trabajarse con esa libertad en una aventura más larga.
MINUCIOSOS AL MÁXIMO: Existe otro perfil de guionista tremendamente metódico. Detallistas hasta el extremo, cuando tienen que escribir para una época del pasado, se documentan como el mejor de los historiadores y, si es ficción, se realizan cuantas fichas de personajes y pérfiles son necesarios para saber cómo respiran y se comportan los personajes.
El máximo exponente de este tipo de guionista (y el más brillante también, todo hay que decirlo) lo podemos hallar en el británico A. Moore quien tiene visualizada todas y cada una de las escenas que acontecen en su cómic (a las notas que tomó para "From Hell" nos podemos remitir). Este ritmo de escritura es muy proceloso, pero tiene la ventaja de que bien hecho lleva a historias muy bien construidas. El trabajo de campo con este sistema es agotador, pero hay muy pocos momentos de duda cuando se le hinca el diente a la historia, ya que todo está mascado.
TRABAJO POR ENCARGO: En ocasiones el ego nos puede. Pensamos que nuestras ideas son maravillosas, que si no nos lee ni el vecino del quinto es porque el mundo está lleno de ignorancia para percatarse de nuestro talento. Casi nos parecería una afrenta coger un trabajo por encargo, como si eso nos cortase las alas. La realidad no puede ser más distinta.
Algunos de los mejores guionistas del medio (por ejemplo: René Goscinny) han trabajado con las creaciones de otros, sin caérseles en ningún momento los anillos y metiéndose a la perfección en la realidad que otros han diseñado previamente. Un buen guionista no tiene siempre que ser el Deus et Machina, sino que puede ser la guinda de un pástel que ya esté cocinado. El buen ojo para ver cuando un proyecto es atractivo, es casi tan importante como lo que se escriba.
- BUSCANDO LA INSPIRACIÓN: Igual que le sucede a muchos estudiantes, existen algunos que se motivan y mejoran su concentración con músical, generalmente un ritmo relativamente suave, ya que un excesivo nivel de volumen (heavy y oposiciones no terminan de pegar del todo); para la escritura, esa regla es incluso innecesaria, según el tipo de cómic, hay música que puede ayudar a acelerar a los dedos sobre el teclado.
Muchos otros afirman que nada como ciertos estimulantes (desde una tableta de chocolate hasta un vaso de whisky) para falicitar el trámite. Y siempre, en el mejor de los casos, que uno disfrute de lo que está haciendo.
Feliz escritura. Saludos.
3 comentarios:
Sabias palabras, Viejo. Puedo presumir de que últimamente me vienen a la cabeza demasiadas ideas a las que, eso sí, no sé si podré dar salida...está claro que la creación artística (remunerada, o sujeta a unas fechas de entrega) es una cosa de ideas adecuadas en momentos adecuados.
Acepto hablar del cómic desde mi perspectiva de dibujante(y guionista). Ah, y yo conozco el caso de un guionista que funciona entre Lee y Moore, es decir, escribe guiones normales (Lee escribía poco, Moore, por lo que cuentas, todo) pero se la suele sudar lo que haga el dibujante, que eso sí, tiene que respetar a rajatabla el guión, si no, malo. Vamos, que si pone "PAGE 1. SPLASH PAGE: WIDE VIEW OF 19th CENTURY LONDON.", el dibujante se las tiene que ver y desear para plasmar lo que pone ahí, aunque esto no sé si es una cuestión más de guionistas que no detallan ni ayudan o de dibujantes agobiados. Lo que sí veo claro es que un teléfono puede salvar muchas vidas: no era el caso (que hubiera comunicación entre guionista y dibujante, digo: el resultado, eso sí, es genial).
Sin comunicación puedes ser Shakespeare re-encarnado que el cómic se va al garete, y no por culpa del dibujante, sino por ser tan divo de no estar dispuesto a explicar las dudas que surjan y permitir mayor libertad al dibujante.
Buen aporte, Franchesk.
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